jueves, 15 de septiembre de 2011


Como si hubiéramos ganado por habernos conocido.
 Esa seguridad; esa tranquilidad; ese sentimiento abrumador que descontrola mis sentidos y anula mi cerebro por completo; esa dulce melodía que suena de fondo como si de una película se tratase; esa sensación de poder volar cuando estoy a su lado; esa luz que desprende sutilmente cuando sonríe; la sensación que me deja en su ausencia: simples ganas de abrazarlo, sentir ese suave tacto que hace que me estremezca, ese cosquilleo juguetón que acompaña a las mariposas que se encuentran en mi estómago haciendo eco de los escalofríos que se apoderan de mi cuerpo. Todas esas minúsculas perfecciones que han empezado a suceder desde que él está en mi vida. 

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